Nunca debería perderse la ilusión por preparar un viaje. Ni tampoco la ilusión por regresar a casa y recordarlo. Yo recuedo estar cansada y con frío y no haber cenado bien... pero también recuerdo ver la Tour Eiffel de noche desde el hotel y pensar que los sueños se hacen realidad. Dicen que uno no llega nunca más alto de lo elevado que sean sus sueños, así que, soñemos a lo grande.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario