La ilusión que nos llevó a París


Nunca debería perderse la ilusión por preparar un viaje. Ni tampoco la ilusión por regresar a casa y recordarlo. Yo recuedo estar cansada y con frío y no haber cenado bien... pero también recuerdo ver la Tour Eiffel de noche desde el hotel y pensar que los sueños se hacen realidad. Dicen que uno no llega nunca más alto de lo elevado que sean sus sueños, así que, soñemos a lo grande.

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